Es EL monstruo por excelencia de la mitología azteca y aunque este adjetivo no lo describe en lo absoluto, es cierto que este pequeño animal es protagonista de múltiples historias, mitos y leyendas mexicanas. En efecto, mi estimado lector, la pequeña criatura de la que estoy hablando tiene el nombre científico de Ambystoma mexicanum, pero es mejor conocida como ajolote (del náhuatl axolotl que significa; atl= agua, xolotll= monstruo).
Lejos de lo repulsivo que podría parecer para mucha gente, el ajolote es muy especial no solo para México sino para la naturaleza, pues presenta la capacidad –por no decir súper poder– de conservar características larvarias durante toda su vida, tales como la aleta dorsal –tan característica de larvas de anfibios- y esas particularmente llamativas branquias externas que le dan esa apariencia tan sofisticada de león acuático.
Tal vez esto pueda resultarte algo no tan extraordinario, pero qué pasaría si te dijera que además de poder mantener esta condición, puede también reproducirse como cualquier organismo adulto de cualquier otro grupo de animales. Y es que generalmente, para que el individuo de una especie pueda reproducirse tiene que llegar a una etapa de madurez en la que desarrolle toda la maquinaria sexual requerida para dicho intercambio genético entre individuos. Pero el ajolote… el ajolote ¡¡puede mantenerse como un individuo en desarrollo y optar por la reproducción sexual!! Este estado es conocido como neotenia, sin embargo, se han tenido registros de ajolotes en cautiverio que concluyen el proceso de metamorfosis y pierden los caracteres juveniles con protocolos hormonales asistidos o modificación de la dieta.
Debido a toda esta colección de características especiales que representa el ser un ajolote, es que no puede encontrarse en cualquier hábitat del mundo, es aquí donde esta especie cobra importancia en el país, pues se ha encontrado que es una especie endémica de México, específicamente de los tan populares canales de Xochimilco. Tristemente, lejos de considerar la presencia de este organismo en territorio mexicano como un honor y una gran responsabilidad, el ÚNICO hábitat natural en el que este personaje puede desarrollarse se encuentra en condiciones críticas de contaminación, que aunado a la extracción de ejemplares de manera ilegal debido a la importancia en la acuariofilia, ha llevado a la inminente extinción del ajolote mexicano.
No todo está perdido, estrategias han surgido ante esta problemática como la creación de UMAs (Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre) para la conservación de la especie, en las cuales han mantenido en reproducción a ajolotes obtenidos del medio natural. Además de la incorporación del mismo a la NOM-059, para regular su protección y conservación, y actualmente se han creado iniciativas para la protección del particular hábitat que requieren estos animales para desarrollarse naturalmente.
Como puedes darte cuenta, el monstruo de esta historia no es el ajolote, de hecho el ser considerado como tal es sinónimo de toda una serie de requerimientos específicos que no cualquier ser vivo presenta y una vez más nos damos cuenta que la extraordinaria belleza de un ser vivo no se limita simplemente a la apariencia sino a todo el plan maestro de estrategias evolutivas que es capaz de adquirir y desarrollar cada individuo.
Si te quedaste picado, checa el link con la petición lanzada en Change.org para evitar la extinción del Ambystoma mexicanum.
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