¿Cómo empezar a escribir sobre un personaje del que ya se ha dicho todo? ¿Qué de nuevo se podría decir si hace décadas que murió? ¿Qué novedad podríamos contar si durante años, infinidad de biógrafos e historiadores descubrieron hasta el menor detalle de su vida?
En efecto, una historia que ya ha sido contada miles de veces puede resultar aburrida si se repite una vez más; sin embargo, con un poco de ingenio cualquier historia puede resultar interesante –aunque ya se conozca el principio y el final– si se tiene en consideración que todavía hay muchas formas de narrar que no se han explotado al cien.
Una de éstas es la historieta, y es que a pesar de que hay un mercado muy amplio para los cómics, lo cierto es que aún es una técnica narrativa poco valorada a nivel mundial. No obstante, es de agradecerse que en los museos y editoriales cada vez haya más apertura.
Para muestra, basta con echar un vistazo al trabajo más reciente de Barbara Stok, una caricaturista holandesa que bajo la encomienda del Van Gogh Museum elaboró un cómic basado en la vida del pintor pelirrojo que se cortó la oreja.
Stok asegura que nunca intentó ser original, que su propósito era hacer la mejor historia posible, una historia digna del gusto de Vincent Van Gogh.
Por eso leyó pocas biografías, las más breves, y se enfocó en la correspondencia del pintor con su hermano Theo, y en visitar sitios emblemáticos, tales como Arlés y Saint Rémy –al sur de Francia–.
El resultado de este trabajo fue una historieta en donde hay momentos muy dramáticos, pero también espacios íntimos que revelan el trabajo de dos artistas: el del propio Van Gogh y el de la caricaturista Stok, quien a su estilo rehizo “La Noche Estrellada” y “La Habitación del Pintor”.
El cómic de 144 páginas lleva el nombre de Vincent, fue editado por Salamandra Graphic y ya está traducido al español.
Jamlet Inculto 
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