Ya nada es como antes era. En la juventud, Jamlet recuerda que uno de los actos más heroicos y amorosos era escribir el nombre de la chica que te gustaba con corazoncitos en una banca de la escuela… o en el micro, si te tocaba regresarte a casa solo.
Si tenías suerte, Petronila o Furibunda leían el mensaje y escuchabas que le decía a sus amigas que tenía un admirador secreto. Si todo salía bien, Petro o Furi se hacía tu novia y ese mensaje que escribiste la primera vez ya tenía un “y Jamlet” que lo acompañaba.
Eso era el “grabé en la penca de un maguey tu nombre…” de nuestra época, y parecía ser una costumbre que se había perdido, extinguido. Total, ya todo lo puedes decir o grabar en un whatsapp o en el muro de Facebook.
Sin embargo, Jamlet se sorprendió al leer en los periódicos que en Campeche los jóvenes siguen declarando su amor en los asientos de los autobuses. Pero (siempre existe ese pero) ahora los oficinistas del ayuntamiento junto a los del Transporte Urbano Municipal decidieron emprender una “guerra santa” contra todos los enamorados del transporte público, poniendo a Héctor y a Gaby como ejemplo.
Los funcionarios publicaron en su cuenta de Facebook oficial lo siguiente:
Entendemos que se gasta muchísimo dinero en reparar y pintar las unidades de transporte. Jamlet no dice que se deba solapar el vandalismo –que en este caso no lo es–; pero lo que sí cree es que esa forma de declarar el amor es única y muy peculiar, por lo que estos funcionarios deberían recapacitar un poco y, quizá, dejar un espacio en todos los autobuses donde quien así lo desee, pueda declararle su amor a “Chonita, la del 5A”.
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