Por Ana Lilia Molina-Hernández
El pasto es probablemente una de las plantas más conocidas alrededor del mundo, lo vemos en los jardines, en las granjas, en las canchas deportivas y en los documentales de las sabanas africanas donde grandes herbívoros como los antílopes o las cebras se alimentan de estas y otras plantas, pero, ¿sabías que en el océano también hay extensos pastizales con sus respectivos herbívoros marinos? Así es, comúnmente conocidos como pastos marinos por su similitud con los pastos terrestres, se trata de un grupo de plantas angiospermas, es decir, que producen flores y de forma similar a los manglares y arrecifes coralinos, los pastos marinos son considerados fundadores de ecosistemas marinos.

Comencemos por el principio, los pastos marinos, al igual que el resto de las angiospermas (plantas con flores), evolucionaron originalmente en la tierra y desarrollaron adaptaciones para dicho ambiente, sin embargo hace aproximadamente 100 millones de años un grupo de estas plantas logró incursionar en ambientes marinos y salobres gracias a nuevas adaptaciones, pero solo una pequeñísima fracción de ellas lo hizo hasta nuestros días. Actualmente de las más de 200 mil especies de angiospermas conocidas en el mundo, menos de un centenar se encuentran en el océano y de éstas, aproximadamente diez las podemos encontrar en las costas de nuestro país, inclusive una de ellas lleva su nombre “Ruppia mexicana”.
Estas peculiares plantas se distribuyen en las aguas costeras poco profundas y llegan a cubrir cientos de hectáreas, por lo que algunas praderas pueden ser vistas desde el espacio. De hecho, si has estado en alguna zona costera es muy probable que los hayas visto pero no los hayas identificado, ya que podrían confundirse con algas marinas; sin embargo a diferencia de las algas, los pastos son plantas que producen flores y al igual que ocurre en la tierra y durante la temporada de floración reciben la visita de numerosos polinizadores –claro que no se trata de abejas marinas, si no de diminutos invertebrados que acarrean y distribuyen el polen flor a flor durante la noche–.

Además de este mecanismo de reproducción sexual, los pastos marinos también se reproducen asexualmente por clonación, de modo que una misma pradera marina podrá estar conformada por pastos de reciente producción (reproducción sexual) y clones de pasto de hasta varios miles de años. Como dato interesante, te comento que este fenómeno fue descrito y comprobado recientemente por una investigadora de la UNAM y colaboradores que trabajaron en el caribe mexicano con una especie conocida como pasto tortuga, debido a que forma parte de la dieta de una especie de tortuga marina. Dicho esto permítanme retomar la analogía entre los pastizales terrestres y los pastizales marinos.
Aunque los pastizales terrestres y los marinos evolucionaron independientemente, comparten muchas características como resultado de la presión que sus respectivos herbívoros han ejercido sobre estos, lo cual se conoce como convergencia evolutiva. De modo que los paisajes en realidad no son tan diferente si miras con atención. En vez de antílopes, cebras y otros rumiantes, en las praderas marinas los grandes herbívoros están representados por animales como los manatíes y tortugas marinas. Es tal el gusto de estos animales por el pasto marino que las dos especies de pasto de las que más se alimentan han sido comúnmente llamadas pasto manatí (Syringodium filiforme) y pasto tortuga (Thalassia testudinum). Aunque es difícil observar a estos organismos alimentarse debido a sus hábitos y a la disminución de individuos por la sobrexplotación, existen sitios en la costa de Quintana Roo donde puedes observar a pocos metros de distancia a las tortugas verdes alimentándose de pastos marinos y no es un asunto trivial, ya que las tortugas tienen un patrón de alimentación especializado que les ayuda a sacar el mayor provecho nutricional de su alimento con sólo seguir unos cuantos pasos: primero cortan las hojas viejas de pasto en un área grande del pastizal, dejándolas flotar en vez de comerlas, y al pasar los días las tortugas regresan a esos parches podados, donde ya habrán brotado nuevas hojas que a mediano plazo presentarán un mayor contenido de nutrientes que las hojas que no son podadas constantemente. Las tortugas seguirán alimentándose en el mismo parche durante meses posiblemente hasta que disminuya el contenido nutricional y deban abrir nuevos espacios de alimentación a los cuales se mantendrán fieles de nuevo ¿No te parece asombroso?

Además de servir como fuente de alimento para una gran cantidad de animales marinos, los pastos proporcionan otras funciones importantes, como brindar refugio a muchas especies de peces y crustáceos juveniles, de modo que actúan como una especie de guardería marina; son capaces de absorber una gran cantidad de contaminantes del agua; favorecen el asentamiento de la arena y disminuyen la intensidad del oleaje con lo cual podemos disfrutar de aguas claras en la orilla del mar. La lista continúa, pero probablemente una de las funciones más importantes en la actualidad es que los pastos marinos pueden absorber grandes cantidades de CO2 y acumularlo bajo el fondo marino en forma de carbono, ayudándonos en la lucha contra el cambio climático.
Si te interesa conocer más sobre el maravilloso mundo de los pastos marinos no dejes de visitar las siguientes páginas y videos:
http://www.seagrasswatch.org/home.html
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