Con el inicio del último temporal de lluvias, está de “moda” –aunque estar in no aplica en estos delicados temas– el alboroto asociado a las torrenciales lluvias y huracanes en el océano Atlántico. Y sí, ya sé que es un tema que estamos viendo y escuchando todo el tiempo en noticieros, por lo que tal vez les parezca redundante leer de ello en mi artículo semanal de Jamlet Inculto. La cosa está en que no les voy a dar el estado del tiempo o a transcribir las predicciones climatológicas, en realidad me siento con el compromiso profesional de hablar del origen de la situación actual de nuestro planeta. Y es que me causa una particular curiosidad escuchar constantemente a mi alrededor como la gente comenta: “antes no llovía así” o la frase de un video que se ha hecho un tanto viral en medios de comunicación de “es el fin del mundo o qué @#!$”. Y qué tal en época de sequías en las que nos quejamos constantemente del calor ocasionado por las altas temperaturas y de igual forma los típicos comentarios de “este año hizo más calor que el pasado” no tardan en aparecer. Lo curioso es que los cambios a los que nos enfrentamos año con año no son más que la evidencia fehaciente de un término que hemos escuchado miles de ocasiones una y otra vez, sí, todo lo anterior es EL CAMBIO CLIMÁTICO, dándonos una cachetada.
Acá la cosa es muy fácil de entender si lo comparamos con una serie de fichas de domino formadas una tras otra y derrumbamos la primera pieza de la fila, pues el cambio climático es una de las piezas de dominó dentro de una serie de fenómenos que se van viendo afectados por la alteración de un proceso previo y acarreando afectaciones como consecuencia.
Comencemos explicando las demás piezas de dominó involucradas, la primera se llama GASES INVERNADERO (GEI), ¿cuáles son? El más común es el dióxido de carbono (CO2), pero hay otros tan comunes como el vapor de agua que están incluidos en esta clasificación. ¿Cómo afectan? Muy sencillo, los gases se encuentran de forma natural en la atmósfera, es decir, en concentraciones ideales conforman la capa protectora de La Tierra, su función principal es dejar entrar la luz que llega en forma de radiación y dejar salir al espacio el calor que no es absorbido por el planeta. Es aquí donde comienzan a caer las piezas de dominó, pues la primera alteración se da cuando los seres humanos hacen funcionar las ciudades mediante la quema de combustibles fósiles y alteran las proporciones adecuadas de GEI en la atmósfera, ocasionando la retención del calor que no se absorbió en La Tierra y que en origen debería de regresar al espacio exterior, llevándonos a definir la siguiente pieza.

El EFECTO INVERNADERO, es un proceso que en origen posibilita la vida en el planeta, en su ausencia éste seria 15° C más frío. La gravedad del asunto comienza cuando por el aumento en la combustión y por ende de la emisión de GEI, este balance se altera revirtiendo el fenómeno que nos mantiene vivos en nuestra contra ocasionando un alta en las temperaturas globales… ¿te suena a algo familiar? Seguro sí, y tenemos aquí al siguiente componente del efecto dominó: EL CALENTAMIENTO GLOBAL.

En este proceso, como bien lo indica el nombre, las temperaturas del planeta aumentan sobremanera, pues todo el calor que, como explicamos antes, debería salir, se queda atrapado por la capa –ahora con otras concentraciones de GEI— y regresa de la atmósfera a la superficie terrestre, alterando las condiciones en los continentes y aumentando la temperatura de los océanos.
Se ocasiona entones el CAMBIO CLIMÁTICO, nuestra siguiente ficha de domino. Éste se origina por el movimiento de las masas de calor alrededor del globo; enfriando algunas zonas, calentando otras y modificando la cantidad e intensidad de lluvias y nieve en otros puntos. Lo anterior puede resumirse en el cambio del clima de diferente forma en diferentes puntos del planeta.

Como puedes darte cuenta, el efecto invernadero y los gases que lo componen no son algo nuevo en la historia de La Tierra, de hecho ambos componentes se han visto afectados desde la formación de nuestro planeta, la diferencia es que hasta hace algunos años habían mantenido un comportamiento constante, al igual que la temperatura global. Inclusive las fluctuaciones de temperatura y de GEI han variado en diversas ocasiones en la historia geológica durante lapsos de cientos de miles de años, tanto que estas variaciones han ocasionado las diferentes eras de hielo por un lado y por otro han proporcionado periodos de estabilidad, lo que permitió el desarrollo de la humanidad en un clima constante. Con el establecimiento de los seres humanos, específicamente a partir de la REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, hemos aumentado más de 1/3 la proporción de CO2 en la atmósfera.
Con las perturbaciones aparecieron los curiosos del tema, que se han convertido en los investigadores y científicos especializados en comprender estos procesos. Como el químico suizo Svante Arrhenius que en 1985 predijo el aumento de CO2 ocasionado por los humanos. A partir de ahí comenzaron 100 años de investigación climática, la cual nos ha ayudado a clarificar y comprender todos los fenómenos y anomalías de los mismos involucrados en estos procesos (aunque Trump diga que no existen ¬¬).
Las consecuencias y piezas finales de dominó son diversas y ligadas entre sí. Por ejemplo, la imposibilidad de muchos seres vivos de adaptación a estos cambios, sobre todo marinos como los corales, y la modificación de un montón de comportamientos naturales como la alteración en las migraciones de las mariposas monarcas. Condiciones climáticas nuevas y de complicada predicción; derretimiento de las capas de hielo que quedan en el planeta como las de Groenlandia y Antártida –lo que ocasiona el aumento en el nivel del mar que a su vez modifica la salinidad de los océanos, pues es agregar agua dulce a masas de agua salada, dificultando aún más las condiciones para la vida marina–, y con ello la pérdida del suministro de agua potable proveniente de los glaciares. Condiciones meteorológicas extremas como el aumentos de tormentas intensas seguidas de crudas y prolongadas temporadas de sequías.



Las pruebas están ahí, la caída de las fichas está en proceso, es algo evidente; pero para aquellos incrédulos, acá un poco de números. ONCE de los DOCE años más calurosos -desde que se tiene registro- se observaron entre 1995 y 2006, siendo diciembre de 2015 el mes más cálido en los últimos 136 años, de acuerdo con el GIECC, la NOAA y la NASA. La mayor parte del calentamiento ha ocurrido en los últimos 35 años, coincidiendo con los registros de la NASA en el aumento de GEI y esto empeora cada vez más, justo ahora estamos siendo testigos de los huracanes más intensos nunca antes registrados en el Atlántico, sin irnos tan lejos la CDMX se ha encontrado paralizada por las lluvias torrenciales, ocasionando el desbordamiento de ríos.

El cambio climático es un hecho, lo hemos observado y sentido, y más de 100 años de investigación han conjuntado las pruebas para estar conscientes de los procesos que hemos alterado. Espero que esta nota sea informativa, y que nos ayude a despertar y a dejar de pensar que el calentamiento global y el cambio climático son mitos. No echemos en saco roto el arduo esfuerzo de miles de científicos e informémonos de lo que pasa en La Tierra… Nuestro ÚNICO hogar.
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