El poeta y crítico literario Jorge Guillén buscó siempre la perfección y el optimismo en su trabajo literario.
El autor de Cántico -integrante de la Generación del 27- fue un ferviente seguidor y escritor de la poesía pura, influenciado por uno de sus grandes maestros: Juan Ramón Jiménez.
Guillén fue también un exiliado pero a la vez un enamorado de la vida, lo que lo lo llevó a ser criticado por optimista.
Jamlet hizo memoria y recordó cuando leyó por primera vez los versos del gran amigo del otro gran poeta Pedro Salinas, y por esa razón quiso compartirles estos siete poemas para sientan lo mismo que Guillén cuando los creó: poesía en su estado más puro.
Tú, tú, tú, mi incesante…
¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda
mi río de verdor
agudo y aventura!
¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,
tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,
constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!
¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!
***
Salvación de la primavera
Ajustada a la sola
desnudez de tu cuerpo,
entre el aire y la luz
eres puro elemento.
¡Eres! Y tan desnuda,
tan continua, tan simple
que el mundo vuelve a ser
fábula irresistible.
…Mi atención, ampliada,
columbra. Por tu carne
la atmósfera reúne
términos. Hay paisaje.
Esos blancos tan rubios
que sobre tu tersura
la mejor claridad
primaveral sitúan.
Es tuyo el resplandor
de una tarde perpetua.
¡Qué cerrado equilibrio
dorado, qué alameda!…)
***
Perfección
Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día.
Es el redondamiento
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.
***
Los fieles amantes
Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.
Feliz nivel de paz extiende el sueño
como una perfección todavía amorosa.
Bulto adorable, lejos
ya, se adormece,
y a su candor en la isla se abandona,
animal por ahí, latente.
¡Qué diario Infinito sobre el lecho
de una pasión: costumbre rodeada de arcano.
¡Oh noche, más oscura en nuestros brazos!
***
Hacia el final
Llegamos al final,
A la etapa final de una existencia.
¿Habrá un fin a mi amor, a mis afectos?
Sólo concluirán
Bajo el tajante golpe decisivo.
¿Habrá un fin al saber?
Nunca, nunca. Se está siempre al principio
De una curiosidad inextinguible
Frente a infinita vida.
¿Habrá un fin a la obra?
Por supuesto.
Y si aspira a unidad,
Por la propia exigencia del conjunto.
¿Destino?
No, mejor: la vocación
Más íntima.
***
El mar es un olvido…
El mar es un olvido,
una canción, un labio;
el mar es un amante,
fiel respuesta al deseo.
Es como un ruiseñor,
y sus aguas son plumas,
impulsos que levantan
a las frías estrellas.
Sus caricias son sueños,
entreabren la muerte,
son lunas accesibles,
son la vida más alta.
Sobre espaldas oscuras
las olas van gozando.
***
Amor dormido
Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa
rodeaste mi insomnio. ¿Apartabas así
la noche desvelada, bajo la luna presa?
tu soñar me envolvía, soñado me sentí.
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