Quienes nos siguen regularmente, saben que este cerdito Inculto es un loco apasionado de la poesía. En el espacio que habita, Jamlet tiene regadas varias antologías de poetas latinoamericanos, anglosajones, europeos y de otras partes recónditas del mundo. La casa se llena de poesía cada que sale de compras a sus librerías favoritas.
Por esa razón, la noticia de que el poeta, editor y ensayista David Huerta fuera galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019 llenó el corazón de quien esto escribe.
Huerta es, a todas luces, una de las voces más lúcidas e importantes de nuestro universo literario, y este reconocimiento no hace más que agrandar la leyenda de un autor que se define a sí mismo como “un lector que escribe con gusto”.
La poesía de David Huerta es poderosa, contundente y universal, quizá por esa razón el jurado del galardón lo eligió de manera unánime. Y está por demás decir que la invitación a leerlo es obligatoria, por esa razón, este cerdito eligió un par de poemas de Huerta para que se deleiten… y, por si hiciera, falta, les deja el siguiente link para que puedan escuchar su obra de viva voz.
Olvidar
Aquí están los nervios
que envuelven, como un papel fragante,
las melodías obtusas
del rencor.
Y aquí la risa
como un pájaro ebrio
Escuchar. Olvidar. Dos neblinas.
La espuma del sufrimiento
cala en el encaje náufrago
de mi silbido matinal.
Aquí están los sonidos
olvidadizos, las crepitaciones
que amarillean.
Una vez más,
todo será escuchar
u olvidar.
Olvidaré estos doblados
enigmas, estos relojes
rectilíneos de esperas, este cuerpo
ajeno
en la llama de sándalo.
Algunos deseos
Que vuelvas a ver la enorme catedral
y la erizada Capilla
y sientas el paso distante, los rumores
de los Cruzados y de San Luis.
Que vuelvas a la calle Monsieur le Prince
para asomarte a los escaparates
y, luego, en la calle Vavin,
a los inventos de los herboristas
y su lento prodigio -la invisibilidad de los olores.
Que vuelvas a recorrer el brillo
de una escritura anhelada
en las tardes coyoacanenses.
Que abraces los árboles
y bebas el agua dulce
junto al amargo mar resplandeciente.
Que te inclines una vez más y siempre
sobe mi rostro
y que yo abra los ojos para verte.
DL
¡Gracias por dedicarle este post! No lo conocía y me ha gustado su forma de escribir ☺️
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